La depresión postparto es una enfermedad que se inicia una vez la mujer ha tenido a su bebé. Se estima que a nivel mundial lo padecen entre un 10 y 20% de las mujeres. Es más frecuente de lo que la mayoría piensa. Muchas veces las mujeres ocultan los síntomas por miedo al estigma, por lo que resulta difícil hacer el diagnóstico y el tratamiento.
Se supone que el nacimiento de un hijo tiene que ser el momento más feliz en la vida de una mujer… pero no siempre es así. El postparto es muy duro. Llegar al final del embarazo es cansado a nivel físico y psicológico. Durante las semanas previas al parto, muchas mujeres tienen el conocido “síndrome del nido”. Hace referencia a las conductas que hacen las futuras madres para recibir al bebé: ordenar la casa, limpiar, tener la bolsa de la clínica preparada, tener su habitación a punto, etc. Todo ello puedo resultar agotador.
Hay diferentes tipos de parto y también muy diversas formas de sentirse con respecto al parto. El parto es un evento vital muy importante en la vida de una mujer y su hijo/a. Es muy distinto una mujer que ha tenido un parto a término sin dolor y con una vivencia emocional muy buena de una que haya tenido una cesárea y se haya sentido víctima de violencia obstétrica.
Las causas de la depresión postparto son múltiples y tienen un origen de tipo “bio-psico-social”. A nivel biológico, se dan una serie de cambios neuroendocrinos y la alteración de algunos neurotransmisores cerebrales. Las hormonas como los estrógenos y la progesterona juegan un papel claro tanto a nivel físico como psicológico. Es normal que durante el embarazo la mujer se encuentre más sensible, llore más y tenga más cambios de estado de ánimo.
A nivel genético inciden una serie de factores como los antecedentes familiares y personales de depresión, la edad materna joven, una depresión previa durante el embarazo y diferentes complicaciones durante el embarazo (como vómitos frecuentes, enfermedades del bebé o prematuridad).
Los factores psicológicos también juegan un papel importante. Una personalidad perfeccionista, junto con unas expectativas muy elevadas con respecto a la maternidad favorecen los síntomas depresivos.
Respecto a los factores sociales, se ha visto que diferentes factores como la falta de apoyo social, no tener pareja, tener dificultades con la pareja o ser inmigrante también pueden precipitar una depresión materna. Por ello es vital el apoyo de la familia (sobre todo de la madre si la hay), de la pareja (si la hay) y de otras madres que se encuentren en su misma situación.
También las mujeres que han tenido partos inducidos con oxitocina sintética se ha visto que tienen más ansiedad y depresión en el primer año posparto.
En resumen, la depresión postparto es frecuente y existen una serie de factores que la pueden desencadenar.
Déjate cuidar y cuídate todo lo que puedas durante el postparto. Si te sientes muy decaída, tienes insomnio, te sientes culpable o incapaz, etc. pide ayuda a un psicólogo perinatal. La depresión durante el embarazo y el postparto se puede tratar a nivel psicológico (y también farmacológico si la mujer lo requiere).