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Mitos y falsas creencias en torno a la maternidad

Vamos a desmontar una serie de mitos y falsas creencias relacionadas con el embarazo, el parto, la lactancia y la crianza. 

No te creas todas las historias que te explique tu vecina, tu suegra o tu mejor amiga que, con la mejor de las intenciones, te crean inseguridad y no te aportan una información verídica. Básate en información científica que provenga de especialistas en ginecología y obstetricia, matronas, psicólogas perinatales y expertas en lactancia materna.

Veamos algunas ideas falsas y datos según la evidencia científica.

1. Fumar un cigarro de vez en cuando es menos nocivo que la ansiedad por dejar de fumar

Los síntomas de ansiedad que se pueden dar tras dejar de fumar durante el embarazo no afectan al adecuado desarrollo fetal. Un estudio realizado en nuestro país demostró que el desarrollo fetal de bebes, hijos/as de madres que habían dejado de fumar al inicio del embarazo era similar al desarrollo de los bebes, hijos/as de madres que no habían fumado con anterioridad. 

El consumo de tabaco en este periodo no está demostrado que sea inocuo ni en pequeñas cantidades, ya que las toxinas del tabaco atraviesan la placenta y llegan al torrente sanguíneo del bebé y este, debido a su inmadurez, no puede eliminarlas.

2. No pasa nada por tomar una copa de vez en cuando

El consumo de alcohol aumenta el riesgo de aborto espontáneo y parto prematuro. No existe ninguna cantidad segura de alcohol que se pueda beber durante el embarazo.

3. Los bebés alimentados con lactancia artificial no establecen tan buen vínculo como los bebés que toman el pecho

La lactancia materna es la “herramienta fisiológica” que facilita el vínculo entre la madre y el bebé. A través de ella, inician una relación alimentaria, pero sobre todo afectiva. La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses del bebé y posteriormente, cuando el bebé comienza la alimentación complementaria, continuar hasta los dos años. 

Sin embargo, no todas las mujeres pueden o quieren dar el pecho. La lactancia materna favorece el contacto piel con piel y la interacción madre-bebé. Pero no solo a través de la alimentación se favorece el vínculo. Las madres están 24 horas al día porteando, cantando, jugando, abrazando, bañando, vistiendo, dando besos, etc. Por ello, si no puedes o decides que no quieres dar el pecho, no te sientas culpable. Tienes muchos más momentos de interacción que ayudarán a crear un apego seguro con tu bebé.

4. El embarazo es la etapa de mayor felicidad para cualquier mujer

El embarazo puede ser una fuente inmensa de satisfacción y realización personal para muchas mujeres, pero también sabemos que es una etapa vulnerable para la salud mental de la mujer.

Los cambios físicos en la mayoría de las ocasiones se asocian a síntomas como náuseas, vómitos, alteraciones de la sensación de hambre-saciedad, problemas circulatorios, dolores musculares, cansancio, fatiga o insomnio. 

Durante la gestación es común tener preocupaciones y temores en relación con el transcurso del embarazo, el parto y la maternidad. Todo esto conlleva que puedan aparecer ciertas dificultades a nivel psicológico como, fluctuaciones del estado de ánimo, falta de concentración o irritabilidad, que pueden ocasionar una gran interferencia en la vida diaria de la mujer. 

Además, a nivel social, la mujer también debe realizar un esfuerzo por modificar muchas de las actividades que hasta el momento del embarazo podía realizar con normalidad. 

Todos estos cambios pueden afectar a la calidad de vida de la mujer y hacer que el embarazo no siempre se viva de manera positiva. De hecho, la evidencia muestra que hasta un 40 % de las gestantes sufren de síntomas de ansiedad y hasta un 25 % de depresión, prevalencias más elevadas de las que encontramos en mujeres no gestantes.

5. Solo con un parto natural sabes qué es ser madre de verdad

En algunas ocasiones, en el momento del parto ocurren determinados eventos que implican que, el parto, que inicialmente iba a ser natural, acabe siendo intervenido (uso de medicación, instrumentación o cesárea).

Aunque este hecho pueda resultar decepcionante para algunas mujeres y suponga cierto malestar emocional por no cumplirse las expectativas previstas, es importante tener en cuenta que ser madre no se limita al tipo de parto, y que no se ha evidenciado una asociación entre la modalidad de parto y un peor vínculo madre-bebé. Además, existen prácticas como el “piel con piel” precoz o la lactancia materna que pueden realizarse independientemente del tipo de parto y que favorecen el vínculo madre-bebé. Sin olvidar que, el rol de la maternidad empieza a establecerse desde el embarazo (vínculo prenatal), perdurando durante toda la vida de la mujer y de su descendencia.

6. Practicar colecho, portear o coger en brazos a tu bebé lo van a malcriar

Para vencer este mito voy a citar al neonatólogo Nels Bergman: “El hábitat del recién nacido es su madre” o “Nada tiene sentido para el bebé salvo desde el punto de vista del cuerpo de su madre”. 

Practicar el piel con piel tiene enormes beneficios físicos y emocionales para el bebé. Los niños que duermen con sus madres se estresan menos que los niños que duermen solos. Estar cerca del cuerpo de la madre da calor, afecto y seguridad al bebé. No vas a malacostumbrar a tu bebé, vas a construir la base de un apego seguro.

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