¡Para nada! El embarazo, al contrario de lo que muchos piensan, es una época en la que la mujer, por los diferentes cambios hormonales y psicológicos, tiene mayor riesgo de presentar malestar psicológico en forma de ansiedad y tristeza principalmente.
A pesar de que la mujer tenga el deseo de tener un hijo y lo haya buscado conscientemente, no significa que tenga que sentirse feliz y tranquila. Al contrario, diferentes factores como las preocupaciones propias del embarazo, el insomnio y el proceso de “transparencia psíquica” hacen que el embarazo sea un periodo más vulnerable a nivel psicológico para la mujer.
La transparencia psíquica es un término que fue descrito por la psiquiatra Bydlowski y hace referencia a la elevada sensibilidad emocional que sienten las mujeres durante el embarazo, a los recuerdos, pensamientos y vivencias respecto a la propia infancia que se reactivan durante esta etapa. Se da una necesidad de revisar y comprender los vínculos primarios para poder vincularse afectivamente con el recién nacido.
Por todos estos motivos, las mujeres embarazadas necesitan apoyo y comprensión por parte de su entorno, sin sentirse juzgadas. Decir a una mujer embarazada que no debería sentirse triste o angustiada porque está esperando un hijo, solo la hace sentirse más culpable. Todas nos podemos sentir así, no pasa nada, no eres peor madre, sino una madre que se preocupa y que está más sensible. La ansiedad y la depresión durante el embarazo y el postparto afectan a la salud física y mental de la madre y el bebé. Por este motivo es tan importante detectar los síntomas e iniciar un acompañamiento psicológico (y farmacológico si hace falta). Entre todos debemos apoyar a las madres, sin juzgar y entendiendo que maternar no resulta fácil para todas.